Capítulo 04.
El miércoles había llegado, Jimin se encontraba afuera de la entrada de la empresa, totalmente nervioso.
—Vamos, hazlo por tu bebé —Ayla era su fuerza y su motor a seguir así que cada vez que sentía que no podía continuar o pensaba en negativo, recordaba a su pequeña para que le diera ánimos y así dejar los malos pensamientos de lado.
Se dispuso a entrar pero si querer chocó contra alguien más que también se dirigía a la puerta, varias carpetas cayeron al suelo, no eran suyas así que se agachó para recogerlos.
La otra persona también se agachó. Jimin quitó la mirada del suelo y la llevó hacia un lado para ver con quien había chocado y así disculparse pero se olvidó de hacerlo al ver quién era.
—¿Jungkook?
—Jimin —contestó el otro—. Que sorpresa verlo por aquí otra vez. ¿Acaso sucedió algo más con el golpe, necesita que lo lleve al doctor nuevamente?
Jimin negó rápidamente con la cabeza.
—No, de hecho ya ni siquiera me duele. Estoy bien, vine aquí por otra razón, además, no sabía que lo encontraría otra vez en el mismo lugar.
Jimin se apresuró a levantar las carpetas del suelo. Jungkook también hizo lo propio y se puso de pie, seguido le extendió la mano a Jimin para ayudarlo a levantarse. Este la tomó y se levantó.
—Siento haberlo empujado —se disculpó y le extendió las carpetas.
—Está bien —contestó el ojiverde restándole importancia, agarró las carpetas que Jimin le dio y acomodó los papeles que levantó dentro de una estas.
—¿Va para...
No fue necesario que Jimin completara la pregunta ya que Jungkook entendió.
—Así es, también entraré.
Ambos entraron luego de que el guardia les abriera la puerta. Esta vez Jimin no debía detenerse en recepción sino más bien subir hasta el piso en donde estaba el despacho del director general. Bueno, eso fue lo que dijeron la vez pasada. Así que junto con Jungkook fueron directo al elevador y hubo un silencio antes de que el de ojos verdes hablara para romper el hielo.
—¿Puedo preguntar por qué está aquí?—dijo mientras presionaba el botón del ascensor para dirigirse al tercer piso.
Su despacho estaba en el sexto, pero primero debía ir a hablar con Seokjin sobre algunas cosas.
—Bueno, vengo por la entrevista de trabajo de diseñador gráfico y la verdad estoy muy nervioso porque no sé si podré conseguir el trabajo o si solo haré el ridículo en la entrevista con el director general —habló más rápido de lo normal.
Miró a Jungkook y se avergonzó al darse cuenta que contó cosas de más.
—Lo siento, cuando estoy nervioso hablo muy rápido, hasta puedo contarte toda mi vida de lo nervioso que estoy y... —lo estaba volviendo a hacer así que decidió cerrar la boca.
Jungkook sonrió levemente ante eso, le pareció divertido.
—Entonces usted va al piso número seis.
Jimin asintió con la cabeza.
—¿Cómo lo sabe?—quiso saber y de pronto negó rápidamente con la cabeza—. ¿Acaso usted también viene por la entrevista de trabajo? Claro, por eso es que nos encontramos ayer y hoy otra vez.
Quién sabe de dónde sacó esa idea si los únicos candidatos al puesto eran él y otro chico que quedaron pendientes la vez pasada. Aunque pensó que si a ellos le dijeron que volvieran, a lo mejor Jungkook había llegado ese día por la misma razón sólo que más tarde por el taxi, y también le dijeron que volviera.
—Ha sido muy amable conmigo, pero déjeme decirle que no me ganará, yo ganaré este trabajo.
Apesar de que durante toda la noche estuvo dudando de su capacidad, al ver que tenía un contrincante como Jungkook, que a simple vista se veía que era perfecto en todo, decidió mostrarse confiado y seguro de sí.
—¿Y por qué está tan seguro de que obtendrá el puesto? —le preguntó mientras cruzaba sus brazos y alzaba una ceja.
—Porque estoy más que calificado y sé que puedo hacer un mejor trabajo que cualquier otro. Inclusive mejor que el de usted —afirmó.
El de ojos verdes sonrió al notar la confianza que tenía Jimin en sí mismo y en sus capacidades. Ese era un punto a su favor.
El elevador hizo un pequeño ruido, avisando que habían llegado al tercer piso, Jungkook le tocó el hombro a Jimin.
—No vengo a la entrevista de trabajo, yo no estoy buscando empleo.
—Claro que sí, ¿si no por qué estaría aquí?
—Soy un ejecutivo de esta empresa —dijo y le sonrió antes de salir del elevador.
Al escuchar esas palabras Jimin se quedó helado.
—Lamento lo de que dije, no sabía que usted era un...
Jungkook se giró, quedó delante de él y lo interrumpió antes de que pudiera decir algo más.
—No dijo nada malo, no se preocupe.
Jimin asintió con la cabeza y él hizo lo mismo.
—Espero pueda conseguir el empleo, mucha suerte en la entrevista.
—Gracias.
Jungkook empezó a caminar hacia el lugar de trabajo de Seokjin y Jimin presionó el botón para subir al sexto piso.
Al llegar se acercó a la secretaria del director general. Ella le dijo que esperara en la sala en lo que el director llegaba. Jimin tuvo que ir al baño y al volver la secretaria le dijo que él sería el próximo en pasar. Quince minutos pasaron y la secretaria le habló al joven ojiazul después de hablar con su jefe.
Lo acompañó hasta la puerta del despacho y luego de un "gracias" por parte del chico ella asintió con la cabeza. Jimin no se había movido, así que la secretaria le hizo un ademán con su mano indicándole que caminara.
—Sí, lo siento —dijo el ojiazul, acto seguido dio unos leves pasos y ya se encontraba dentro.
La puerta se cerró detrás suyo.
—Toma asiento por favor —le pidió el director general sin siquiera verlo ya que veía la computadora.
Jimin abrió los ojos en grande con demasiada sorpresa, su corazón se aceleró al reconocer esa voz. Observó detenidamente al director, quién estaba detrás del computador, sintió como de inmediato se le bajó la presión al ver que Jungkook no era sólo un ejecutivo, ni tampoco solo director general, sino también que era como el dueño de la empresa.
Lo sabía porque, antes de mandar su solicitud para la entrevista, investigó sobre la empresa y un poco de su historia, así que al mirar el nombre "Jeon Jungkook", en la placa de madera sobre el escritorio, supo que este era parte de la familia Jeon.
Pero también reflexionó que por su culpa habían ocurrido varias cosas, ese día le quitó el taxi al director general y por eso es que llegó más tarde y no pudo entrevistar a todos los que veían por el puesto. También por eso es que se lo encontró ayer y hoy en la entrada de la empresa. Fue grosero con lo del taxi y hace unos minutos había sido un poco altanero al decir que estaba más capacitado que él.
—Trágame tierra y escúpeme en otro planeta —suplicó en voz baja.
Jungkook al ver que el aspirante no se sentaba dejó de ver la computadora, se quitó los lentes de lectura con una mano y llevó su atención al frente.
Alzó una ceja y ladeó la cabeza confundido al ver que Jimin estaba caminando de puntitas intentando llegar a la puerta sin hacer ruido.
—¿Qué está haciendo?
Jimin se giró y actuó sorprendido.
—¡No puedo creer que usted sea el director general!
—Tome asiento para que iniciemos, por favor.
—Claro.
Se acercó al escritorio y se sentó en una de las dos sillas que habían delante. Jungkook se colocó sus lentes de lectura y empezó a leer el currículum de Jimin.
—Háblame de ti —dijo el director general con su vista en el papel, iniciando así la entrevista.
Después de hacer varias preguntas y que Jimin las respondiera, terminó la entrevista.
—Le seré sincero, eres perfecto para el puesto de diseñador gráfico, tienes todo lo que necesitamos y buscamos.
El castaño sonrió y sus ojos se iluminaron.
—Pero hay un requisito que no cumples.
Las sonrisa se borró de los labios de Jimin.
—Sea cuál sea, sé que puedo aportar muchas buenas ideas a la empresa y no sólo en el área creativa, también en otras áreas aunque no sean mi especialidad. Soy muy bueno en lo que hago, nací para hacer esto y me comprometo a dar lo mejor de mí cada día.
—Debe tener al menos cinco años de experiencia y más referencias. Por lo que ví en sus datos, después de graduarte en la universidad trabajó como diseñador gráfico en una muy buena agencia, pero sólo durante tres años ya que decidió renunciar.
Jimin bajó la mirada, años atrás, cuando conoció a su ex pareja, tuvo que renunciar a su trabajo y cuando quiso volver quedó embarazado de Ayla y no pudo hacerlo.
—Luego de eso no hay más datos de su trabajo, por eso no puedo darle el empleo. Lo siento mucho.
Jimin miró a Jungkook.
—Deme una oportunidad para demostrarle que soy el indicado para este trabajo, sólo una y no le fallaré a usted ni a la empresa.
Jungkook no dudaba de la capacidad de Jimin, tampoco dudaba que era un excelente diseñador gráfico. Veía las ganas y también el compromiso que mostraba a su trabajo a través de sus palabras. Pero no podía contratarlo, eran reglas estrictas de la empresa que no podía pasar por alto aunque fuera el director general.
—Por favor, en verdad necesito mucho este empleo. Usted no sabe cuanto lo necesito.
—¿Por qué lo necesita tanto?
Jungkook se quitó los lentes. Cerró la carpeta con la información de Jimin y le prestó atención a lo que respondería.
—Usted no está para saberlo ni yo para contarlo, pero no estoy pasando por un buen momento, tengo una pequeña cafetería que me ha ayudado pero las ventas bajaron mucho estos meses, además tengo a Ayla y ella necesita muchas cosas.
—¿Ayla? —investigó curioso pero sin quitarle importancia a lo anterior dicho por Jimin.
—Es mi hija.
—Oww, tiene una hija —dijo con una sonrisa, a él gustaban los niños, no se veía como padre pero le parecían muy tiernos y lindos.
—Sí, tiene cuatro meses, es tan pequeña y bonita. Ayla es todo para mí, es la razón por la que cada día me levanto a trabajar, por ella estoy aquí buscando este empleo, necesito el dinero para costear sus gastos, pero si soy honesto también por mí. Hace unos meses me detectaron diabetes tipo uno.
Bajó su cabeza un poco apenado por decirle esto a un extraño y no tan extraño.
—La insulina que necesito inyectarme todos los días es muy cara, con el dinero que consigo de la pastelería no me alcanza para mi medicina y para los gastos de Ayla, aunque no lo crea, tener una bebé es caro. Y aparte de eso tengo una deuda externa que aún no he podido pagar.
—¿Pero su pareja no le ayuda con los gastos? —inquirió—. Lo siento, creo que me estoy metiendo de más.
—No, no se preocupe. No tengo pareja, sólo somos Ayla y yo —dijo orgulloso, no le molestaba decir que era padre soltero. Al contrario, se sentía feliz de criar a su hija sin tener a su lado a un imbécil.
—Todo mi respeto para usted, debe de ser muy difícil sobrellevar lo que le pasa y más siendo un padre soltero, pero usted se levanta todos los días para trabajar, así sacar adelante a su hija y sin ayuda de nadie más. Eso es de admirar, no cualquiera lo hace.
—Gracias —dijo con un leve sonrojo en sus pómulos.
—Escuche Jimin, en verdad lamento por la situación en la que está pasando y enserio quisiera contratarlo pero las reglas de la empresa no puedo romperlas aunque sea el director general.
Jimin asintió con la cabeza, quería llorar porque había perdido su oportunidad pero no iba a hacerlo, por lo menos no delante de Jungkook.
—Entiendo.
El pelinegro le entregó su currículum. Jimin se puso de pie.
—Muchas gracias por su tiempo —dijo el ojiazul.
—Gracias a usted por venir.
Jimin se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la puerta.
—Espere un momento —dijo Jungkook.
El de ojos azules se regresó sin comprender, el pelinegro le hizo un ademán con la mano para que volviera a sentarse y así lo hizo.
Jungkook agarró el teléfono y le marcó a Ryeowon.
—Sí, dígame.
—¿Hoy vendrán no es así?
—Sí, ellas vendrán dentro de dos horas para que las entreviste.
—Cancela y diles que ya no es necesario.
—¿Ya encontró a la persona correcta?
—Creo que sí.
Jungkook cortó la llamada, colocó el teléfono en su lugar y miró a Jimin.
—No puedo darle el empleo en el área creativa por aquel requisito que no cumple, pero noto las ganas que tiene de trabajar y también entiendo lo importante que es para usted conseguir empleo. Por lo mismo me atrevo a hacerle una nueva propuesta laboral.
Jimin asintió con la cabeza, necesitaba dinero y no le importaba que propuesta de trabajo fuera, la iba a aceptar de cualquier forma.
—Mi asistente personal y también secretaria ya se jubiló, sólo sigue aquí porque no he encontrado a alguien que la sustituya. Necesito a alguien que se comprometa y que en verdad quiera trabajar, eso es lo que veo en usted así que aquí es dónde entra mi propuesta; ¿le gustaría ser mi asistente personal y al mismo tiempo mi secretario?
Jimin parpadeó.
—¿C-Cómo dice?
—En lo que respecta a mi asistente, puedo elegir a quien quiera y usted no necesita cinco años de experiencia ni de muchas referencias de trabajo para obtenerlo. Pero, además, al ser mi asistente tiene muchas posibilidades de que se le abran más puertas en el ámbito laboral.
—¿Su asistente personal y secretario? ¿Acaso puedo serlo?
—Sé que muchas personas creen que solo las mujeres deben ser asistentes o secretarias y si le preocupa que usted sea mal visto por eso, déjeme decirle que no tiene nada de malo que un hombre haga ese trabajo. Los tiempos han cambiado y...
Jimin interrumpió al mismo tiempo que negaba con la cabeza.
—No, no, no me preocupa lo que digan los demás, este como cualquier otro empleo es un trabajo y el género no importa.
Jungkook sonrió ante la respuesta de Jimin.
—Entonces qué dice, ¿acepta el empleo?
—¡Por supuesto que sí! Acepto ser su secretaria —habló emocionado—. No, digo, asistente y secretario.
El pelinegro se puso de pie, el ojiazul copió su acción.
—Pues entonces bienvenido a Jeon Network —le extendió la mano.
—Gracias, gracias —tomó la mano de Jungkook y las estrecharon unos instantes.
—Mañana ven a las ocho am para que leas y firmes el contrato de empleo, de igual manera para que empieces a trabajar.
—Sí, sí, claro.
—Bien, eso sería todo.
Jungkook rodeó el escritorio y se acercó a Jimin para acompañarlo hasta la puerta.
—Señor Jeon le agradezco esta oportunidad, le juro que seré el mejor asistente y secretario que jamás ha tenido.
—Eso espero y por favor no me digas señor Jeon.
—¿Señor Jungkook?, ¿licenciado?, ¿director general?, ¿jefe?
—Ninguno de esos, sólo dime; Jungkook.
—Muy bien, Jungkook, lo veo mañana.
Caminaron hasta la puerta y antes de que el director la abriera, Jimin le habló.
—Antes, necesito decirle algo.
—¿Qué es?
—Yo fuí quien le ganó, con trampa, el servicio de taxi ese día cuando estaba lloviendo.
Jungkook abrió la boca para hablar pero Jimin se le adelantó.
—Lo siento, no quise hacerlo pero era eso o llegar tarde a la entrevista y no quería perder esa oportunidad, entonces yo...
—Ya sabía que eras tú —confesó.
—¿Qué?
—Cuando lo golpeé con la puerta supe quien era. No se preocupe por aquel incidente con el taxi, entiendo porqué lo hizo y para mí ya está olvidado.
—¿En serio?
—No le dí más importancia a ese asunto y tampoco debería hacerlo. Ya quedó en el pasado.
✧✦✧
Luego de la entrevista con Jimin, Jungkook tuvo que escoger a alguien más para el trabajo en el área creativa. Llamó a Ryeowon a su oficina y le pidió que le comunicara a la persona elegida que se presentara la siguiente semana.
—¿Entonces ya encontró a mi suplente? —preguntó Ryeowon sacando el tema.
—Así es.
—¿Quiere decir que ya puedo irme?
—Sí, te agradezco mucho la espera que me tuviste y también por aguantarme tanto tiempo.
—Durante veinte años he estado en esta empresa, le he servido a su abuelo, también a su padre y por último a usted. La que tiene mucho que agradecer aquí, soy soy.
—Si te soy sincero voy a extrañarte.
—Yo también lo extrañaré, señor.
Jungkook se puso de pie y abrazó a Ryeowon. Esta también le correspondió. Se separaron luego de unos segundos.
—¿Puedo pedirte un último favor?
Ryeowon asintió con la cabeza.
—Mañana a las ocho am él estará aquí, ¿puedes esperar para darle algunos consejos y también ponerlo al tanto de todos los asuntos respecto a su trabajo?
—De acuerdo, luego de hablar con su nuevo asistente me iré.
Jungkook asintió con la cabeza con una sonrisa en sus labios.
✧✦✧
—¿Qué te dijeron en la entrevista? — preguntó Taehyung con emoción detrás del mostrador.
—El director general me dijo que era perfecto para el puesto pero que no podía darmelo porque tenía que tener cinco años de experiencia y pues obviamente no lo tengo, así que no me dieron el empleo.
—¿Y por qué estás tan sonriente? Eso es una mala noticia.
Jimin cargaba a Ayla mientras ella jugaba con unos de sus juguetes.
—Pero me ofreció ser su asistente personal ya que no necesitaba tanta experiencia para serlo y acepté. ¡Empezaré mañana!
—¡Jimin eso es genial! —festejó.
—Lo sé, con este empleo espero que mi situación económica mejore.
—Sin duda lo hará. Escuché por ahí que los asistentes personales ganan más que otros del personal.
—¿En serio?
—Eso leí en Google alguna vez —se alzó de hombros—. ¿Y qué harás con Ayla, dónde la dejarás? Dudo mucho que puedas llevarla contigo.
—No quiero hacerlo pero estaba pensando en dejarla en una guardería.
—Bueno, yo puedo cuidar a mi sobrina. La verdad no creo que en una guardería la cuiden mejor que su tío Taehyung. ¿Qué dices, me la dejas mientras vas a trabajar? —a él le gustaba pasar tiempo con Ayla.
—¿Podrás hacerlo?
—¡Por supuesto!, hasta tengo planeado qué hacer para atender la pastelería y para cuidarla a Ayla al mismo tiempo.
—Gracias y te pagaré por cuidarla. Ya has hecho mucho por mí y no aceptaré un no por respuesta.
—No es necesario que me pagues, con gusto la cuido, pero sé que si digo que no, tú no aceptarás así que; está bien.
Jimin asintió con la cabeza.
—Y ya que hablamos de Ayla, ¿le dijiste a quien será tu jefe que tienes una bebé?
—Sí.
—¿Le dijiste sobre tu estado de salud?
Jimin miró a su amigo y asintió nuevamente.
—También se lo dije y no pareció importarle y que me dio el trabajo.
—Fuiste por un empleo de diseñador gráfico y terminaste siendo el asistente personal del jefe. Vaya, que suerte.
—Lo sé, aún no me la creo.
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